sábado, 26 de marzo de 2011

Carta de Pepe Alonso para el mes de Marzo






Carta de Pepe Alonso para el mes de Marzo

Miami, marzo del 2011

Familia:

Este próximo día nueve (9) principia la Cuaresma. Repasemos brevemente su contenido.

Comienza con el Miércoles de Ceniza que es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia invita a la conversión del corazón y que se extenderán hasta la Misa Vespertina del Jueves Santo. ¿estas preparado para vivirla intensamente? Te refresco algunos datos importantes

El miércoles nueve oiremos las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio"

¿Sabes cual es su origen? Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.]

También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer cambiar y mejorar, de querer tener una amistad mas personal con Dios. Las cenizas no son algo mágico, no te cambian por si mismas. Evita tantas supersticiones que se han fabricado a este respecto

Recuerda que el miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los catorce años y el ayuno de los dieciocho hasta los cincuenta y nueve años de edad. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día (no un banquetazo) y la abstinencia es no comer carne. Este es otro modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

La vida de oración es condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa. En estos días cuaresmales te invito a intensificar tu tiempo de oración personal.

Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, que nos ayudan a vivir más intensamente la dinámica cuaresmal.

La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario. De la misma manera, el saber renunciar a ciertos gustos legítimos nos ayuda a vivir el desapego y desprendimiento. Ejemplos: menos televisión, menos bla bla bla en el teléfono, etc.

La Reconciliación con Dios está integrada por el Arrepentimiento, la Confesión de nuestros pecados, la Penitencia y finalmente la Conversión.

La Reconciliación (también llamado confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.

El arrepentimiento debe ser sincero, reconocer que las faltas que hemos cometido (como decimos en el Yo Pecador: en pensamiento, palabra, obra y omisión), no las debimos realizar y que tenemos el firme propósito de no volverlas a cometer.

La confesión de nuestros pecados es irremplazable, ya que el arrepentimiento de nuestras faltas, por sí mismo no las borra, sino que necesitamos para ello la gracia de Dios, la cual llega a nosotros por la absolución de nuestros pecados expresada por el sacerdote en la confesión.

La penitencia que debemos cumplir empieza desde luego por la que nos imponga el sacerdote en el Sacramento de la Reconciliación, pero debemos continuar con la oración, que es la comunicación íntima con Dios, con el ayuno, que además del que manda la Iglesia en determinados días, es la renuncia voluntaria a diferentes gustos con la intención de agradar a Dios y con la caridad hacia el prójimo.

Y finalmente la Conversión que es ir hacia delante, es el seguimiento a Jesús.

De entre las distintas prácticas cuaresmales que nos propone la Iglesia, la vivencia de la caridad ocupa un lugar especial. Así nos lo recuerda San León Magno: "Estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante al ejercicio de la caridad; si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en si a las demás y cubre multitud de pecados".

Esta vivencia de la caridad debemos vivirla de manera especial con aquél a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos. Así, vamos construyendo en el otro "el bien más precioso y efectivo, que es el de la coherencia con la propia vocación cristiana".

Estos cuarenta días debe ser un tiempo de reflexión de nuestra vida, de entender a donde vamos, de analizar como es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.

Para terminar estas líneas te ofrezco un "memorándum" o recordatorio, de las mas importantes actitudes que debes tomar, no solamente en estos días cuaresmales, sino a su ves, el resto de tus días. Te invito a recortar esta lista y a pegarla en un lugar visible. donde la puedas repasar cada días.

Católico, acuérdate que tienes hoy: Un Dios que glorificar. Un Jesús que imitar. La Virgen y Santos a quienes rogar. Ángeles buenos que honrar. Un alma que salvar. Un cuerpo que mortificar. Pecados que expiar. Virtudes que practicar. Un paraíso que ganar. Un infierno que evitar. Un tiempo que aprovechar. Una eternidad que meditar. Prójimos que edificar. Un mundo que temer. Demonios que combatir. Pasiones que domar. Tal vez la muerte que sufrir. Y una extensa cuenta que rendir.

Pues bien, espero que todo lo anterior nos sirva para ponernos ya en la sintonía correcta con los días que se nos avecinan.

Quiero recordarles que esta Misión EWTN se mantiene cumpliendo en llevar el Esplendor de la Verdad hasta los confines de la tierra, gracias a tu apoyo, tanto espiritual como a su vez económico.

Somos conscientes que todos estamos atravesando por tiempos de crisis económicas muy serias, pero ahora es cuando, mas que nunca debemos recordar las palabras del mismo Jesús; "Mayor felicidad hay en dar que en recibir." Hechos 20, 35 Dios derramará toda clase de bendiciones sobre tu y los tuyos por todo lo que hagas por nosotros.

Tu hermano en Cristo Jesús y María.
Pepe Alonso


Nuestra de en vivo de marzo de 2011


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