domingo, 25 de abril de 2010

El Buen Pastor

NADIE, NADIE PODRÉ ARREBATARME EL AMOR QUE SIENTO POR DIOS....

El Evangelio de hoy es una parte del capítulo X de Juan. En este capítulo Jesús repite dos veces: “Yo soy el buen pastor”, e indica el motivo para definirse así.


Ubicaremos en su contexto la primera de esas declaraciones: “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor: el buen pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10,10-11). El buen pastor procura la vida de sus ovejas, ha venido para que ellas vivan abundantemente. Y no lo consigue con poco esfuerzo; lo hace al costo de su propia vida. El buen pastor entrega su propia vida para que las ovejas vivan. Esto es lo que define la misión de Jesús en relación con nosotros. Él merece verdaderamente el título de “buen pastor”.

Jesús repite: “Yo soy el buen pastor: conozco mis ovejas y las mias me conocen a mí” (Jn 10,14). El buen pastor tiene vivo afecto por sus ovejas, tiene interés en ellas y en todo lo que las afecta; conoce a cada una por su nombre, conoce las alegrías y las angustias de cada una. Pero también él goza del afecto de sus ovejas y ellas lo conocen a él. Para un semita el conocimiento no es una actividad meramente intelectual, es también una actividad del corazón. El que conoce se acerca al objeto con interés y afecto. Cuando se trata de una persona, lo hace con amor. Por eso en este caso conocer es sinónimo de amar: “El buen pastor ama a sus ovejas y ellas lo aman a él”.

En el Evangelio de hoy leemos un resumen de esos mismos conceptos. Hablando de sus ovejas, Jesús dice: “Yo las conozco (las amo)... yo les doy vida eterna”. Expresa así el amor del pastor por las ovejas. Ya sabemos a qué precio les da la vida eterna. Pero también las ovejas aman al pastor: “Ellas escuchan mi voz... ellas me siguen”.

Jesús manifiesta gran celo por sus ovejas: “Nadie las arrebatará de mi mano”. Él comprende que esta afirmación tan radical exige una explicación, y la da: “Nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre”. Esto es verdad, esto lo entendemos bien, pues, como aclara Jesús, “el Padre es más grande que todos”. Pero el “buen pastor” es Jesús y él ha afirmado que es de su mano de donde nadie puede arrebatar las ovejas. Entonces Jesús agrega la explicación última, definitiva: “Yo y el Padre somos uno”.

Jesús ha hecho una declaración impresionante. Ante ella hay dos reacciones posibles: escucharla o rechazarla. Esta reacción es lo que discrimina entre los que son de su rebaño y los que no lo son, pues: “Mis ovejas escuchan mi voz”. Escuchar a Jesús es el signo de pertenencia a su rebaño: creer que él y el Padre son un solo Dios.

¿Cómo puede alguien escuchar hoy día esa voz del buen pastor y sentir el amor de Jesús? Eso es lo que tienen que ofrecer los pastores de la Iglesia: ellos ofrecen al pueblo la enseñanza de Jesús, ellos dan al pueblo vida eterna a través de los sacramentos, ellos guían al pueblo con su consejo. Pero, sobre todo, ellos hacen sentir el amor de Jesús, porque entregan su vida por el rebaño. Hoy día hay muchos fieles que están “como ovejas sin pastor”, por la falta de sacerdotes. Por eso la Iglesia hoy celebra la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones y ruega a Dios que mande a su Iglesia numerosos y santos sacerdotes, no sólo numerosos, sino, sobre todo, santos
http://www.aciprensa.com/homilias/homilia.php?id=176
 
Todos somos pastores de todos


Lo anterior no quita que sea cierta esta afirmación aparentemente contradictoria: “todos somos pastores de todos”.

¿En qué sentido?

Cada uno de nosotros somos responsables de los demás. No para que sean, piensen y actúen como nosotros. Tampoco para que recorran nuestros mismos caminos. Los caminos hacia Dios pueden ser muy distintos.

Jesús, el Pastor, da la vida por las ovejas. Somos pastores de los demás en la medida en que ponemos nuestra vida, nuestra existencia al servicio de los demás.

Estamos llamados a ser “pastores” mediante la entrega de nuestra vida cada día, en las pequeñas cosas, porque no pensamos en nosotros mismos sino que somos capaces de darla en las cosas sencillas, aquellas que suelen pasar desapercibidas… porque “el que pierde su vida la gana”.

Y un día, cuando nos presentemos ante el Padre de todos nos preguntará: “¿qué hiciste de tu hermano?”.

La gran diferencia está entre pretender ser dueños y jueces de los demás, o buscar ser servidores capaces de perder la vida por los demás
http://antenamisionera.wordpress.com/2009/05/01/nadie-es-pastor-de-nadie-todos-somos-pastores-de-todos/

domingo, 18 de abril de 2010

La aparición de Jesús a sus discípulos en la orilla del mar de Galilea o Tiberíades

En estos domingos de Pascua la liturgia de la Palabra nos sigue llevando por las distintas manifestaciones del Señor después de su resurrección. Hoy, en el Evangelio, se nos habla de la aparición de Jesús a sus discípulos en la orilla del mar de Galilea o Tiberíades, como también era conocido. El marco de su aparición es el de una comida. Los discípulos han estado pescando, pero no han logrado pescar nada, en ese momento aparece Jesús, ellos no lo reconocen, y los invita a que intenten de nuevo a arrojar las redes. La cantidad de peces que atrapan es muy grande (153), que significa plenitud y totalidad. Jesús parte el pan y el pescado con ellos, signo de nuestra cena eucarística y renueva la fe de Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que ellos?”. Le pregunta tres veces, el mismo número de veces que él lo negó antes de la crucifixión. Pedro se entristece pero manifiesta su convicción: “Sí, Señor; tú sabes que te amo.” El Señor lo invita a que apaciente sus ovejas. Simón Pedro será uno de los principales pilares de la Iglesia –la primera lectura nos lo muestra así– además, entrega hasta su propia vida por el Evangelio.
La invitación de este domingo es a que no dejemos de buscar al Señor en la Eucaristía y a que renovemos, día tras día, nuestra fe y nuestro compromiso con el Resucitado
http://www.minutosdeamor.com/?p=2180

Es una sensación muy extraña, pero estoy seguro de que todos la hemos experimentado en más de una ocasión. Sentimos presente a nuestro Señor en la oración, pero dudamos si es realmente Él, aunque la fe y el corazón nos invitan a no temer, sabiendo que es realmente Él. O cuando lo sentimos actuar en nuestra vida de mil maneras distintas: en un amanecer, en una experiencia hermosa, en una amistad, en un gesto de cariño o en una palabra de consuelo, en una bella sorpresa, en la solución inesperada de un problema… Sabemos que es Él, aunque no lo vemos con los ojos corporales…. ¡Así es la relación de Cristo con nosotros desde su resurrección de entre los muertos! Por eso quiso educar a sus apóstoles a vivir desde entonces en esta nueva dimensión.

Yo creo, en definitiva, que estas narraciones pascuales reflejan muy bien nuestra vida cristiana: tenemos que avanzar casi sin ver, como entre sombras, guiados sólo de la FE en Cristo resucitado y animados de una grandísima esperanza y de un amor muy encendido a Él. Es la única manera como podemos relacionarnos con Jesucristo desde que Él resucitó de entre los muertos. Y el único camino para poder “verle”, experimentarle, gozar de su amor y entrar en su eternidad ya desde ahora, sin salir de este mundo. Pidámosle hoy esta gracia.

http://es.catholic.net/evangeliodehoy/

EL PRIMADO DE PEDRO

15. Habiendo, pues, almorzado, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas tú más que éstos?" Le respondió: "Sí, Señor, Tú sabes que yo te quiero". Él le dijo: "Apacienta mis corderos".

16. Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Le respondió: "Sí, Señor, Tú sabes que te quiero". Le dijo: "Pastorea mis ovejas".

17. Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Se entristeció Pedro de que por tercera vez le preguntase: "¿Me quieres?", y le dijo: "Señor, Tú lo sabes todo. Tú sabes que yo te quiero". Díjole Jesús: "Apacienta mis ovejas"
 
Las tres preguntas sucesivas quizá recuerdan a Pedro las tres veces que había negado a su Maestro. Jesús usa dos veces el verbo amar (agapás me) y Pedro contesta siempre con otro verbo: te quiero (filo se). La tercera vez Jesús toma el verbo de Pedro: me quieres (filéis me). También usa el Señor verbos distintos: boske y póimaine, que traducimos respectivamente apacienta y pastorea (así también de la Torre), teniendo el segundo un sentido más dinámico: llevar a los pastos. En cuanto a corderos (arnía) y ovejas (próbata) - el probátia: ovejuelas, que algunos prefieren la segunda vez, no añade nada (cf. Pirot) - indican matices que han sido interpretados muy diversamente. Según Teofilacto, los corderos serían las almas principiantes, y las ovejas las proficientes. Según otros, representan la totalidad de los fieles, incluso los pastores de la Iglesia. Pirot hace notar la relación con el redil del Buen Pastor (10, 1 - 16; cf. Gál. 2, 7 - 10). El Concilio Vaticano, el 18 de julio de 1870, invocó este pasaje al proclamar el universal primado de Pedro (Denz. 1822), cuya tradición testifica autorizadamente S. Ireneo, obispo y mártir. Ello no obstante es de notar la humildad con que Pedro sigue llamándose simplemente copresbítero de sus hermanos en el apostolado (I Pedr. 5, 1; cf. Hech. 10, 23 y 26 y notas), a pesar de ser el Pastor supremo.

http://www.aciprensa.com/evangelio/lectura.php?id=2731

sábado, 10 de abril de 2010

Divina Misericordia


La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos ... "y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario, 723).

El mensaje de Misericordia es que Dios nos Ama – a todos- no importa cuan grande sean nuestras faltas. Él quiere que reconozcamos que Su Misericordia es más grande que nuestros pecados, para que nos acerquemos a Él con confianza, para que recibamos su Misericordia y la dejemos derramar sobre otros. De tal manera de que todos participemos de Su Gozo. Es un mensaje que podemos recordar tan fácilmente como un ABC.
A — Pide su Misericordia. Dios quiere que nos acerquemos a Él por medio de la oración constante, arrepentidos de nuestros pecados y pidiéndole que derrame Su Misericordia sobre nosotros y sobre el mundo entero
B —
 Sé misericordioso – Dios quiere que recibamos Su Misericordia y que por medio de nosotros se derrame sobre los demás
C — Confía completamente en Jesús – Dios nos deja saber que las gracias de su Misericordia dependen de nuestra confianza. Mientras más confiemos en Jesús, más recibiremos.
http://catinfor.com/2010/04/10/fiesta-de-la-divina-misericordia/


Lectura del santo Evangelio según san Juan 20,19-31
El día de la resurrección, primer día de la semana, por la tarde, estaban en casa los discípulos con las puertas trancadas por miedo a los judíos, cuando se presentó Jesús, se colocó en medio de ellos y les dijo: «¡Os traigo la paz!» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús repitió: «¡Os traigo la paz! Así como el Padre me envió, os envío yo.» En seguida sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados, y a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»  Pero Tomás, uno de los Doce, llamado el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!» Pero él contestó: «Mientras no le vea en las manos la marca de los clavos, mientras no meta el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban de nuevo los discípulos de Jesús dentro de la casa, y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban trancadas, se presentó Jesús, se colocó en medio de ellos y dijo: «¡Os traigo la paz!» En seguida dijo a Tomás: «Trae tu dedo: mira mis manos. Trae tu mano y métela en mi costado. Deja de ser incrédulo y hazte creyente.» Tomás respondió: « ¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «Crees porque me pudiste ver. ¡Dichosos los que creen sin haber visto!» En muchos otros hechos, que no están consignados en este libro, se reveló Jesús a sus discípulos. Estos han quedado consignados para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de  Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre. «Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús»

Pascua

Tomado de la misa del padre Lineros del domigo 4 de abril de 2010:

"Pascua significa que en medio de los problemas debemos dar testimonio"

"Si Jesus resucitado no ha tocado mi corazón, la semana santa es una mas y no sirvió"

"La muerte de jesus es el rechazo de nosotros al plan de Dios ... a lo que nosotros le decimos no al Señor, El le dice sí ... la resurrección el el sello que Dios le pone al trabajo de Jesús ... si queremos recibir ese sello hagamos el bien y derrotemos al diablo"

"La resurrección es una experiencia teológica, sublime de Dios... solo el que ve con los ojos del corazón entenderá la resurrección".

ANALISIS DE LA FOTOGRAFIA:

Revisaba las primeras escenas de la película La Pasión, cuando Jim Caviezel interpreta a Jesús rezando en el huerto de los olivos, en ese momento aparece el Diablo tratando de tentar a Cristo. Lo notable de la escena, es que la tentación está pero Cristo en ningún momento se digna en argumentar o responder a Satanás, ni siquiera le dirige unas palabras o miradas.

Hace unos días me choque con otro gravado deGustave Doré que ilustra la tentación de Cristo en el desierto y lo que más llama la atención es el desden de la postura de Jesús ante las insinuaciones del Diablo

http://xavmp.blogspot.com/2007/09/mirando-la-pasin-oracin-en-el-huerto-de.html

domingo, 4 de abril de 2010

Domingo de Resurrección


Importancia de la fiesta

El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.

Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.

La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.

Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.

En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?

Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.

San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14)

Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios.

Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.

La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.

La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.

Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo.

Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.

¿Cómo se celebra el Domingo de Pascua? 

Se celebra con una Misa solemne en la cual se enciende el cirio pascual, que simboliza a Cristo resucitado, luz de todas las gentes.
En algunos lugares, muy de mañana, se lleva a cabo una procesión que se llama “del encuentro”. En ésta, un grupo de personas llevan la imagen de la Virgen y se encuentran con otro grupo de personas que llevan la imagen de Jesús resucitado, como símbolo de la alegría de ver vivo al Señor.

En algunos países, se acostumbra celebrar la alegría de la Resurrección escondiendo dulces en los jardines para que los niños pequeños los encuentren, con base en la leyenda del “conejo de pascua”.

La costumbre más extendida alrededor del mundo, para celebrar la Pascua, es la regalar huevos de dulce o chocolate a los niños y a los amigos.

A veces, ambas tradiciones se combinan y así, el buscar los huevitos escondidos simboliza la búsqueda de todo cristiano de Cristo resucitado.

La tradición de los “huevos de Pascua”

El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas.

Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año, la Cuaresma, cuarenta días antes de la fiesta de Pascua, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Uno de estos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, el día de Pascua, salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús.

Uno de estos primeros cristianos, se acordó un día de Pascua, de lo que hacían los egipcios y se le ocurrió pintar los huevos que iba a regalar. A los demás cristianos les encantó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para recordar que Jesús resucitó.
Poco a poco, otros cristianos tuvieron nuevas ideas, como hacer huevos de chocolate y de dulce para regalar en Pascua. Son esos los que regalamos hoy en día.

Leyenda del “conejo de Pascua”

Su origen se remonta a las fiestas anglosajonas pre-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad asociado a la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Progresivamente, se fue incluyendo esta imagen a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania, esto dio orígen también a una curiosa leyenda que cuenta que, cuando metieron a Jesús al sepulcro que les había dado José de Arimatea, dentro de la cueva había un conejo escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.

El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.

Así pasó mucho rato, viéndolo; pasó todo un día y toda una noche, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!

El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.

Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría y así lo hizo.

Desde entonces, cuenta la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordarle al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.

Sugerencias para vivir la fiesta
  • Contemplar los lugares donde Cristo se apareció después de Su Resurrección

  • Dibujar en una cartulina a Jesús resucitado

  • Adornar y rellenar cascarones de huevo y regalarlos a los vecinos y amigos explicándoles el significado.



  • sábado, 3 de abril de 2010

    Examen de conciencia


    Precisamente por ser pecadores, nos cegamos ante nuestros pecados. Satanás quiere hacernos ver que no hay mal en lo que hacemos. Entonces el corazón se endurece, se hace insensible a las exigencias del amor. Por eso es tan importante la conversión del corazón.

    "Por eso, como dice el Espíritu Santo: "Si escucháis hoy MI voz, no endurezcáis el corazón... ¡Atención hermanos! Que ninguno de ustedes tenga un corazón malo e incrédulo..." Hb 3.

    Dios es un Padre amoroso que nos hace ver el pecado para darnos la gracia del arrepentimiento y perdonarnos. El nos quiere libres. El demonio no quiere que veamos nuestro pecado. Pero si buscamos el camino de Dios tratará de acusarnos con nuestros pecados para que nos desanimemos y volvamos atrás. Podemos discernir entonces la diferencia. Dios enseña el pecado para liberar y perdonar; el demonio lo esconde pero cuando lo enseña es para que desesperemos. Debemos rechazar enérgicamente estos pensamientos e ir a la confesión con toda confianza en el perdón de Dios. Dios SIEMPRE perdona cuando hay arrepentimiento.

    Es muy provechoso hacer examen de conciencia diario y también, con toda humildad, abrirnos a que personas cerca de nosotros nos corrijan. "Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados." (1 Cor. 11, 31)

    El examen se hace ante Dios, escuchando su voz en la conciencia.
    Preparación para la confesión
    Preparación remota: Nos educamos en la fe por el estudio de la Palabra, el Catecismo, lectura de los santos, participación en enseñanzas... La practica seria de lo que aprendemos. El examen diario de conciencia.
    Preparación inmediata: El examen de conciencia antes de confesar. Vamos a un lugar tranquilo, preferiblemente ante el sagrario, para orar. Solo Dios puede iluminar sobre nuestra realidad y darnos los medios para responder a la gracia.
    Contemplamos la vida de Jesús y su amor manifiesto en Su Cruz. "Contemplen al que traspasaron" Jn 19:37. ¿Como he respondido a tanto amor, a tantas gracias?. Examinamos nuestra vida ante la ley de Dios. Por eso ayuda tener un examen escrito que nos recuerde lo que hemos olvidado. Recordamos que no se trata de sugerencias, Dios nos dio MANDAMIENTOS. Romperlos es romper nuestra alianza con Dios y caer en pecado.
    No se trata tan solo de enumerar pecados sino de descubrir la actitud torcida del corazón y con DOLOR POR NUESTROS PECADOS, HACER EL FIRME PROPÓSITO DE NO VOLVER A COMETERLOS.
    Siempre hay áreas en las que somos mas débiles y requieren atención especial pero si comprendemos que Cristo -no la cultura- es la medida, veremos que en todo tenemos mucho que crecer.
    La confesión solo puede hacerse ante un sacerdote.

    Examen de conciecia en base a las cuatro rupturas
    Examínate - ayudado por estas preguntas - ¿qué pecados has cometido desde tu última confesión? Trata de no quedarte en lo exterior, sino en las actitudes del corazón y las omisiones.
    Ruptura con Dios:
    ¿Amo en verdad a Dios con todo mi corazón o vivo más pegado a las cosas materiales?
    ¿Me he preocupado por renovar mi fe cristiana a través de la oración, la participación activa y atenta en la misa dominical, la lectura de la Palabra de Dios, etc.? ¿Guardo los domingos y días de fiesta de la Iglesia? ¿He cumplido con el precepto anual de la confesión y la comunión pascual?
    ¿Tengo una relación de confianza y amistad con Dios, o cumplo solamente con ritos externos?
    ¿He profesado siempre, con vigor y sin temores mi fe en Dios? ¿He manifestado mi condición de cristiano en la vida pública y privada?
    ¿Ofrezco al Señor mis trabajos y alegrías? Recurro a Él constantemente, o ¿sólo lo busco cuando lo necesito?
    ¿Tengo reverencia y amor hacia el nombre de Dios o le ofendo con blasfemias, falsos juramentos o usando su nombre en vano?
    Ruptura conmigo mismo:
    ¿Soy soberbio y vanidoso? ¿Me considero superior a los demás?
    ¿Busco aparentar algo que no soy para ser valorado por otros? ¿Me acepto a mi mismo, o vivo en la mentira y el engaño? ¿Soy esclavo de mis complejos?
    ¿Qué uso he hecho del tiempo y de los talentos que Dios me dio? ¿Me esfuerzo por superar los vicios e inclinaciones malas como la pereza, la avaricia, la gula, la bebida, la droga?
    ¿He caído en la lujuria con palabra y pensamientos impuros, con deseos o acciones impuras?
    ¿He realizado lecturas o asistido a espectáculos que reducen la sexualidad a un mero objeto de placer?
    ¿He caído en la masturbación o la fornicación? ¿He cometido adulterio?
    ¿He recurrido a métodos artificiales para el control de la natalidad?
    Ruptura con los hermanos y con la creación:
    ¿Amo de corazón a mi prójimo como a mi mismo y como el Señor Jesús me pide que lo ame?
    ¿En mi familia colaboro en crear un clima de reconciliación con paciencia y espíritu de servicio?
    ¿Han sido los hijos obedientes a sus padres, prestándoles respeto y ayuda en todo momento
    ¿Se preocupan los padres de educar cristianamente a sus hijos y de alentarlos en su compromiso de vida con el Señor Jesús?
    ¿He abusado de mis hermanos más débiles, usándolos para mis fines?
    ¿He insultado a mi prójimo? ¿Lo he escandalizado gravemente con palabras o con acciones?
    Si me han ofendido, ¿sé perdonar, o guardo rencor y deseo de venganza?
    ¿Comparto mis bienes y mi tiempo con los más pobres, o soy egoísta e indiferente al dolor de los demás? ¿Participo de las obras de evangelización y promoción humana de la Iglesia?
    ¿Me preocupado por el bien y la prosperidad de la comunidad humana en la que vivo o me paso la vida preocupado tan sólo de mi mismo? ¿He cumplido con mis deberes cívicos? ¿He pagado mis tributos?
    ¿Soy envidioso? ¿Soy chismoso y charlatán? ¿He difamado o calumniado a alguien? ¿He violado secretos? ¿He hecho juicios temerarios sobre otros?
    ¿Soy mentiroso?
    ¿He hecho algún daño físico o moral a otros? ¿Me he enemistado con odios, ofensas o peleas con mi prójimo? ¿He sido violento?
    ¿He procurado o inducido al aborto?
    ¿He sido honesto en mi trabajo? ¿He usado rectamente de la creación o he abusado de ella con fines egoístas? ¿He robado? ¿He sido justo en la relación con mis subordinados tratándolos como yo quisiera ser tratado por ellos? ¿He participado en el negocio o consumo de drogas? ¿He caído en la estafa o el fraude?
    ¿He recibido dinero ilícito?

    Examen de conciencia en base a los 10 Mandamientos
    Este examen es para aquellos que, amando a Cristo, no se conforman con evitar pecados graves, sino que desean amarle con todo el corazón.
    Amarás a Dios sobre todas las cosas (Primer mandamiento).
    No tomarás el nombre de Dios en vano. (Segundo Mandamiento)
    ¿He amado a Dios sobre TODO?-¿A quién (que) le he dado la mayor atención?
    -¿He hecho de mi familia, trabajo, apostolados, programas, ideas u otras cosas buenas mi primer amor?
    -¿Se en la práctica lo que es confiar en el amor y el poder de Dios?
    -¿Le confío todo a Dios o ando queriendo hacerlo yo solo?
    -¿Confío en Dios cuando todo parece ir mal?
    -¿He caído en superstición u otra práctica religiosa ajena al cristianismo?
    Oración Diaria¿Cómo ha sido diariamente mi?:
    -¿Tiempo personal con Dios; liturgia de las horas; oración familiar?
    -¿He alabado a Dios; le he dado gracias o me he quejado?
    -¿Intercedo por mi familia, grupo, Iglesia, por el mundo?
    -¿He orado con el corazón, abierto al Espíritu Santo?
    -¿Tomo tiempo para discernir?
    -¿Se lo que es esperar al Señor, escucharlo? -¿Lo he hecho?
    -¿Cuándo me da alguna enseñanza la guardo en mi corazón y busco profundizarla?
    -¿Incluyo a mi esposo/a (u otra persona formada y prudente) en mi discernimiento o solo les informo?; -¿Escucho, obedezco y respeto a los que tienen legitima autoridad sobre mi (leyes justas, jefes, etc.)?.
    -¿Qué criterios tengo para determinar si algo que quiero hacer es del Espíritu Santo o es mío?,-¿Me parece importante tener y seguir siempre esos criterios?
    -¿Uso los dones que Dios me dio para su gloria?
    -¿Estoy abierto a recibir nuevos dones según Dios disponga?
    -¿He sido legalista (haciendo solo lo necesario para cumplir) o vivo mi fe en el Espíritu
    entregándome con todo el corazón?
    Obediencia-¿Busco conocer en la oración la voluntad de Dios para mi vida?
    -¿Obedezco la enseñanza del magisterio o interpreto a mi manera?
    -¿Qué motiva mi vida, la voluntad de Dios o mis propios "buenos" planes (mi voluntad).
    -¿Le permito a Dios guiarme o le "entrego" los planes ya hechos para que los bendiga?.
    -¿Mis gustos, criterios, dudas, confusiones, pensamientos, actitudes y valores -en que instancias no han estado bajo el Señor?
    -¿En mis gustos, mis criterios, miedos, dudas, confusiones...
    Estudio-¿Estudio my fe católica (Biblia, magisterio, libros sólidos) o me contento con mi propio modo de entender a Dios?, ¿Estoy avanzando en mi formación como debo?.
    -¿Qué pasos prácticos doy para formarme en la fe?
    Orden y Prioridades-¿Mi tiempo responde a las prioridades de Dios o a las presiones de cualquier persona u ocasión para `quedar bien'?); ¿Interpreto lo que hago en la perspectiva de la vida eterna?; ¿Reflexiono sobre mi muerte; sobre el juicio final?
    -¿Tengo prioridades claras y soy firme para vivirlas? ¿Pierdo el tiempo (revistas, programas, etc.) que no edifican?
    -¿Tengo un horario y organizo el día con disciplina, dando tiempo a cada área con sabiduría: oración, familia, trabajo...?; ¿En que me he desordenado? ¿Me quedo en algo que me gusta sabiendo que es hora de hacer otra cosa?
    -¿Respeto el tiempo y necesidades de otros: cuando busco ayuda, en el teléfono, etc..?
    -¿Cuido la salud; tengo algún vicio, falta de ejercicio, descanso, alimentación... Me cuido demasiado?
    Santificarás el día del Señor. (Tercer Mandamiento)
    ¿Guardo el día del Señor para el Señor o trabajo innecesariamente ese día?-¿Voy a misa todos los domingos?;¿He adorado y puesto todo mi corazón en Cristo Eucarístico que me espera en el sagrario?
    -¿Lo he amado y consolado por tanto que se le ofende?
    -¿Voy a misa diaria si puedo?; ¿he recibido con preparación al Señor?
    La Cruz-¿He meditado ante la cruz?; ¿busco su poder transformador y su sabiduría?; ¿como se manifiesta en mi vida?
    -¿Pido a Dios la gracia de amar la cruz?
    -¿Me he salido de la voluntad de Dios por evitar la cruz?
    -¿Uno mi cruz a la de Cristo?: problemas, enfermedades, responsabilidades, personas, mi edad, mi vocación...
    -¿Busco la satisfacción de todas mis necesidades físicas y emocionales o se mortificarme por amor a Jesús?.
    -¿Me uno a la cruz del que sufre?; ¿Me sacrifico para amar?.
    Confesión-¿Rechazo el pecado aunque este sea aceptable según la cultura?; ¿He pensado o actuado ligeramente como si la rectitud de los santos es "exageración"?
    -¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, malas amistades...?
    -¿Busco que Dios me enseñe mi pecado (también pecados viejos y olvidados)?.
    -¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados y faltas o me justifico?
    -¿Cuándo me corrigen, lo agradezco?.
    -¿Cuándo fue mi última confesión?, ¿Minimicé el pecado por pena?; ¿han habido cambios?.
    -¿Hice una confesión completa o escondí algo?
    -¿Hay algo (hábito, herida, complejo) que el enemigo usa para su provecho?; ¿Qué hago para permitirle a Dios que me libere?
    -¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?
    María-¿Me he consagrado a Ella y, si lo he hecho, vivo mi consagración plenamente? -¿Cómo?
    -¿Acepto su cuidado maternal?; Me dejo formar por ella? -¿Cómo?.
    -¿Recurro a ella en oración, medito su vida?.
    Relaciones con otros-¿Están todas mis relaciones a la luz del Señor: amorosas, castas, sanas y sinceras?
    -¿Guardo odios o enemistades?
    -Peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades
    -¿He sido fiel a los compromisos con mis hermanos y con otros?; ¿Estoy creciendo en estos compromisos?
    -¿Soy confiable en el hogar, grupo, trabajo...?; -¿Cumplo mis promesas, compromisos, guardo confidencialidad?
    -¿Busco la unidad en el Señor? (Fil. 2, 1-11, 1 Cor. 10,17)
    -¿Soy servicial?
    -¿Soy atento sin ser curioso?
    -¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo?
    -¿Soy agradecido por el servicio de rutina que recibo?
    Honrarás a tu padre y a tu madre (Cuarto mandamiento).
    En el Hogar -¿Obedezco, cuido y honro a mis padres según mi edad y sus necesidades?
    -¿Pongo malas caras?
    -¿Doy tiempo a la familia?; ¿Cenar juntos?; ¿Diversiones?
    -¿Hospitalidad?
    -¿Relación con hermanos?
    -¿Responsabilidad en los estudios?
    -¿Ayuda económica al hogar según necesidad?
    Casados: (además de lo mencionado)
    -¿Protejo mi casa y los míos de las malas influencias del ambiente? ¿Cómo?
    -¿He manipulado con mis estados de ánimo y enfados para que se haga lo que quiero?
    -¿Permito que otros (padres, amigos) manipulen o se antepongan al matrimonio? .
    -¿Honro y respeto a mi esposo/a en todo momento?
    -¿He compartido con mi esposo/a la visión para la familia?; ¿le escucho con interés?;
    -¿Le expreso amor, cariño y respeto a mi esposo/a?;
    -¿Con mis hijos?
    -¿Detecto los problemas y los enfrento con sabiduría?
    -¿Qué medidas tomo para que mi casa sea un hogar?
    -¿Soy responsable y ordenado con la economía?; ¿Les ayudo para que puedan orar, estudiar, descansar, ir a su grupo, cumplir sus responsabilidades?
    Formación: de los hijos: ¿comparto con ellos, enseño y guío?, ¿escucho?, ¿disciplino con sabiduría?; ¿les doy buena educación para ser buenos cristianos?
    No matarás. (Quinto Mandamiento)
    ¿De algún modo he matado o atentado contra la vida? (ej.: apoyo o participación en aborto, suicidio, conducir sin cuidado, actos irresponsables que ponen una vida en peligro, agresión, violencia, etc.? ¿He atentado contra la dignidad de alguien?.
    No cometerás actos impuros. (no adulterio, no fornicación) (Sexto Mandamiento)
    -¿He buscado afectividad fuera del orden del Señor?
    -¿Como distingo entre sentimentalismo y una auténtica relación de amor entre hermanos?; ¿Me relaciono según mi estado de ánimo o lo que edifica en el amor?
    -¿Fantasias o actos impuros, conmigo mismo o con otros?
    -¿Chistes, programas, actitud seductora, inmodestia en vestir?
    -¿Obedezco el plan de Dios para la sexualidad en mi estado de vida?
    No robarás (Séptimo mandamiento).
    -¿De algún modo he robado?
    ¿Descuidando o no devolviendo propiedad ajena o común)?
    ¿Me aprovecho de mi puesto para beneficio personal?
    No levantarás falsos testimonios ni mentirás (Octavo Mandamiento)
    -¿Quién inspira mis palabras: Dios o mi ego?¿He querido dar mi opinión en todo?
    -¿Digo la verdad?; ¿He revelado secretos; He juzgado (o chismeado)?
    -¿Me he quejado buscando conmiseración o desahogo?
    -¿He puesto mi atención a lo indebido
    -¿He hablado lo que no edifica: chistes con groserías, hirientes a una raza, nacionalidad, etc.?
    No consentirás pensamientos ni deseos impuros (Noveno Mandamiento)
    - ¿He codiciado la mujer o el esposo de mi prójimo?
    - ¿He mirado a un hombre a una mujer de manera impura?
    No codiciarás los bienes ajenos (Décimo Mandamiento)
    - ¿He deseado los bienes ajenos?
    - ¿He sido evidioso?
    - ¿He sido avaro?
    - ¿He camido más de lo que necesito?
    - ¿He sido orgulloso?
    Obras de Misericordia
    -Corporales: solidaridad con enfermos/ hambrientos/ sedientos/presos/ desnudos/ forasteros/ enterrar los muertos. ¿Veo a estos como hermanos por los que me entrego o estadísticas?.
    -Espirituales: dar buen consejo/ corregir/ perdonar (¿guardo algún resentimiento?)/ consolar/ sufrir con paciencia las molestias del prójimo/ rezar por los vivos y los muertos.
    -¿Estoy atento al dolor ajeno?; ¿Hago a acepción de personas según su apariencia?
    -¿Vivo en sencillez?; -¿Imito a Cristo que fue pobre?, ¿soy libre de apegos materiales?
    -¿Se refleja esto en mi actitud en las compras?; ¿me dejo llevar por antojos?; ¿cuales?
    -¿Coopero con las obras de la Iglesia con verdadero sacrificio y amor o doy de mis sobras?
    Evangelización
    -¿Soy testimonio?; ¿Soy sal de la tierra y luz del mundo?
    -¿Me esfuerzo de todo corazón para que Cristo sea conocido y amado por todos?
    -¿Estoy en comunión con el espíritu misionero de la Iglesia?
    -¿Llevo a mis amistades al Señor o dejo que ellas me arrastren al mundo?
    -Cuando evangelizo, ¿lo hago con seguridad o como si fuera una opinión cualquiera?; ¿Respondo al Espíritu o me paraliza el `que dirán'?
    Dominio de las Emociones: Resentimientos, caprichos, impulsos, miedos....
    -¿Cuáles son mis emociones mas salientes?; ¿Las someto al Señor para encausarlas para el bien? ¿de que forma están afectando mi comportamiento?
    -¿Busco primero mi interés y comodidad o servir con amor?

    Examen de conciencia en base a los pecados capitales y a las virtudes contrarias
    Soberbia / Humildad
    -¿He sido humilde al pensar, me he comparado con otros, he tratado de llamar la atención con mi sabiduría', mi físico, etc.?; ¿Me reconozco pequeñito?; ¿Desprecio a otros en mi corazón?
    -¿Me he resentido por el trato o puesto recibido?; ¿Cual es la motivación de mis aspiraciones?.
    -¿Distingo entre lo que es doctrina y lo que es mi opinión?; -¿Soy prudente al dar mi opinión; creo que es la única; creo que sin mi presencia las cosas no van bien?
    -¿Se distinguir lo que es mi misión o me entrometo en lo que no me corresponde?
    -¿Reconozco que no tengo razón de gloriarme sino en Cristo?; ¿En que forma mis acciones están mezcladas con orgullo, vanidad, egoísmo?
    -¿Reconozco mis errores y pido perdón?
    -¿Puedo ayudar sin mandar?
    Avaricia / Generosidad
    -¿Estoy apegado a las cosas, ¿Sacrifico tiempo, dinero, para servir según el plan de Dios?.
    -¿Juego con el dinero?
    Lujuria / Castidad (ya examinado arriba)
    Ira vs. Paciencia
    -¿Se lidiar con las cruces, enfermedades, problemas con relaciones, trabajo, etc.?
    -¿pierdo la paz; manifiesto mal humor cuando las cosas no son como yo espero?
    -¿Le hecho la culpa a las circunstancias (ej. "me sacaron de quicio").
    Gula vs. Templanza
    -¿Como mas de lo necesario?, ¿ayuno?
    -¿Estoy adicto al alcohol, la droga, pildoras?
    Envidia vs. Caridad
    -¿Siento celos por posiciones, talentos... otros grupos de la Iglesia? o me alegro cuando otros mejoran. ¿que casos puedo pensar en que no me alegre?
    Pereza vs. Diligencia
    -¿Me he quedado dormido como los discípulos ante lo que Jesús me pedía?
    -¿Soy atento a cumplir mis deberes?
    -¿Qué hago para edificar mi familia y grupo?
    -¿Soy rápido a servir aun cuando no tengo ganas?
    -¿`Descanso' mas de lo necesario?
    -¿Dejo las cosas para mas tarde
    Bienaventuranzas (Mateo 5, 1-2)
    -¿He sido pobre de espíritu, libre de apegos?,
    -¿He sido manso, paciente, edificando con medios santos?
    -¿He llorado ante los pecados que ofenden a Dios?
    -¿He tenido hambre y sed de justicia?
    -¿He sido misericordioso?
    -¿He sido limpio de corazón, puro de pensamiento?
    -¿Trabajo por la paz, en mi persona, hogar, grupo, mundo?
    -¿Sufro con gozo al ser perseguido por causa de la justicia (como reacciono ante las criticas "injustas" o incomprensiones

    La Cruz nos enseña quienes somos

    La cruz, con sus dos maderos, nos enseña quiénes somos y cuál es nuestra dignidad: el madero horizontal nos muestra el sentido de nuestro caminar, al que Jesucristo se ha unido haciéndose igual a nosotros en todo, excepto en el pecado. ¡Somos hermanos del Señor Jesús, hijos de un mismo Padre en el Espíritu! El madero que soportó los brazos abiertos del Señor nos enseña a amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Y el madero vertical nos enseña cuál es nuestro destino eterno. No tenemos morada acá en la tierra, caminamos hacia la vida eterna. Todos tenemos un mismo origen: la Trinidad que nos ha creado por amor. Y un destino común: el cielo, la vida eterna. La cruz nos enseña cuál es nuestra real identidad.


    http://www.aciprensa.com/Catecismo/lacruz.htm

    jueves, 1 de abril de 2010

    Fe

    "Virtud teológica por la cual creemos en Dios" 
    Fuente: ewtn tv


    Nos falta fe. El día en que vivamos esta virtud —confiando en Dios y en su Madre—, seremos valientes y leales. Dios, que es el Dios de siempre, obrará milagros por nuestras manos.
    —¡Dame, oh Jesús, esa fe, que de verdad deseo! Madre mía y Señora mía, María Santísima, ¡haz que yo crea!

    http://www.opusdei.org.co/art.php?p=2436