sábado, 15 de enero de 2011

“Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo".

Evangelio del domingo 16 de enero de 2011; 2º del tiempo ordinario

El Señor después de ser bautizado comienza su vida pública, se encamina hacia la cruz, paciente como un cordero ofrecido en sacrificio, con la fuerza expiatoria de su muerte inocente ha borrado la culpa de toda la humanidad.


En la Cruz, Cristo tomó sobre sí todo el peso del mal y quitó el “pecado del mundo”, del que el mal, el sufrimiento y la enfermedad no son sino una consecuencia. Por su pasión y su muerte en la Cruz, Cristo dio un sentido nuevo al sufrimiento: desde entonces éste nos configura con Él y nos une a su pasión redentora.

Muchas personas del tiempo de Jesús no captaron, no supieron o no quisieron ver quien era Él, porque no basta para creer ver con los ojos de la cara, sino que son necesarios los del alma.

¡Señor, aumenta nuestra fe, enséñanos a verte y a reconocerte como nuestro Salvador!

Nosotros también estamos llamados, como Juan Bautista, a ayudar al Señor en esta misión de quitar el pecado del mundo, primero luchando contra el mal que hay dentro de nosotros, luego luchando contra el mal donde quiera que éste se encuentre y podamos hacerlo, en mi familia, en mi trabajo, entre mis amigos, en mi comunidad cristiana.

¡Gracias, Señor, porque te has sacrificado por nosotros en el Calvario y porque actualizas cada día tu sacrificio en la Santa Misa!
 
Termina Juan este episodio, lleno de gozo por haber visto al Mesías y poder anunciarlo al mundo, con estas palabras solemnes: “Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que él es el Hijo de Dios”. También nosotros hemos visto los motivos de credibilidad de la divinidad de Jesús: las profecías cumplidas en Él, los milagros que realizó, la elevación de su doctrina, la moral que nos enseña, el testimonio de sus mártires de ayer y hoy. Tengamos valor para dar testimonio de Él siempre: testimonio de palabra confesándonos como hijos del Padre y discípulos de Cristo y testimonio de obra, amoldando nuestra vida a su divina voluntad.
 
http://prelaturademoyobamba.com/2011/01/14/evangelio-del-domingo-16-de-enero-de-2011-2%c2%ba-del-tiempo-ordinario/#comment-1696

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